El jamón ibérico de bellota se encuentra en la cima de las especialidades gourmet y merece estar en compañía de los caldos adecuados, para que así se puedan apreciar sus matices al máximo. En este sentido, cada vez son más los expertos en maridaje que recomiendan bebidas concretas para acompañar esta delicia gastronómica.

¿Qué es el maridaje?

Este concepto se refiere, en general, a la unión de cosas que se corresponden entre sí. Muchos expertos catadores prefieren usar el término “armonía” para referirse a esto, pero aunque lo denominen de distinta manera, todos están hablando de lo mismo. En el caso concreto del jamón ibérico de bellota, está muy arraigada en nuestro país la tradición que convierte al vino en su complemento ideal. Y aquí entra en juego la figura del sumiller, esa persona especialista en recomendarnos los mejores caldos para acompañar nuestros platos.

Los mejores compañeros de viaje

Tras muchos años de concursos de cata y maridaje de ambos productos se han llegado a una serie de conclusiones. La más importante para el tema que estamos hablando, es que el jamón ibérico de bellota combina a la perfección con muchos tipos de vinos, dando lugar a una amplia gama de sabores muy interesantes.

El vino dulce

Hace algunos años se pensaba que beber vino dulce en compañía de jamón ibérico de bellota era una combinación muy saludable, de hecho, los estándares de la época la encumbraban como la composición ideal. Sin embargo, en la actualidad las cosas han cambiado bastante y esta mezcla se considera una de las peores posibles, ya que los altos contenidos en azúcar de estos vinos dulces invaden por completo el sabor del jamón, relegándolo a un papel secundario.

Vinos jóvenes

En cuanto a los vinos jóvenes, tenemos dos posibilidades. Por un lado, están los vinos que aunque sean frescos tienen mucho cuerpo y por tanto no son los más recomendables, ya que pueden enmascarar el sabor del jamón. Por otro, encontramos caldos más ligeros que crean una mejor sintonía, ya que casan a la perfección el sabor joven del vino con el intenso del jamón.

En todo momento estamos hablando de vino tinto. En cuanto a los blancos jóvenes, quizás en esta composición se vean demasiado abrumados por su acompañamiento.

Vinos de Reserva

A pesar de que suelen ser vinos con gran personalidad, son excelentes compañeros para el jamón. En este caso, encontramos la combinación de dos productos de alta calidad con gran sabor y aroma, que lejos de pelearse el uno con el otro se armonizan con facilidad y se dan espacio para mostrar sus cualidades.

Vinos espumosos

Si hablamos de vinos espumosos, hay que diferenciar entre los dulces y los más viejos o secos, entre los que se encuentrna el champán o el cava. Los primeros, por su alto contenido en azúcar no son muy aconsejables. Los segundos, sin embargo, son excelentes, ya que lejos de enmascararlo realzan el sabor del jamón.

Otros caldos, como el fino o el manzanilla, son considerados para muchos perfectos maridajes, por su gusto penetrante que permite a la vez realzar el sabor del jamón ibérico de bellota y hacerlo más duradero en nuestro paladar.